
Pues sí,vais a sufrir la crónica de otro de los famosos viajes del Pollo Mike,esta vez a las nobles tierras cacereñas,patria de conquistadores y morada de hombres y mujeres de bien en general.
Tras una concatenación de sucesos-vacaciones del Heredero en la playa con los abuelos,días libres y nómina fresca- decidimos mi amada esposa y yo rendir visita al fin a todos nuestros queridos amigos cacereños,que ya iba tocando,leches.
El viernes por la tarde,con la lógica excitación y una borrasca fea en el horizonte salimos en dirección a Avila,con la intención de llegar pronto a Hoyos del Espino,en plena sierra de Gredos y un par de horas de ruta por delante.
Un par de horas los cojones,primero que pudimos deshacer el atasco al salir de Madrid bordeábamos Avila por su circunvalación y a la vista de sus magníficas murallas pasadas las nueve.Es decir tendríamos que entrar en Gredos de noche.

Y vaya noche,la puta borrasca nos perdonó la lluvia,pero el viento era una cosa inenarrable,lo que sumado al poco tráfico y la oscuridad creciente junto a una luna de esas de peli de terror entre nubarrones nos causó una especie de desazón,que se iba transformando en soberano cabreo por parte de Sonia debido al dolor de culo y que las dos horitas se habían transformado en tres y media.Prueben ustedes a subir el Puerto de Menga en moto,a oscuras con aire y frío.

Menos mal que ante la vista del hostal nada más descender de la moto su dulce carácter se impuso al sufrimiento y rápidamente al instalarnos y cenar volvía a transformarse en la alegre compañera de viaje que es siempre.Se nota que va a leer esto¿verdad?.
Bueno,primera etapa cubierta y sin novedades,lástima del tiempo que confiábamos que fuera a mejorar en la etapa del sábado.
Para ilustrarnos,pues un disco de esos de mucho yuyu,el primero de
Black Sabbath con la muerta ahí asomando por la ventana.
Joder vaya viaje,diréis¿ein?.
Bwana yuyu!